Un pequeño grupo de artistas se unen para atravesar el desafío del movimiento. Las aguas calmas de la pintura han sido removidas por el “bichito” de la animación ¿Cómo se mueven las cosas?, ¿los personajes?, ¿cómo contar historias animadas? Lo descubrimos de a poco en el proceso mismo; en esta aventura de pacientes obreros y creadores que tienen por desafío dar forma a algunas de las historias que han transitado a través de las bocas y oídos del pueblo kukama para explicarse el mundo y ordenar su convivencia, fruto de su contemplación y sabiduría milenaria.
En un proceso largo y paciente dibujamos y pintamos manualmente fotograma a fotograma, cada posición de los personajes para crear la ilusión del movimiento y de igual forma cada paisaje, escenario donde se desarrollan las acciones. Ingresamos a su mundo espiritual a través de una Muyuna (remolino) de peces pintados por los niños de las comunidades del bajo Marañon, esta es la puerta al interior del río y a su vez es la introducción al documental, y la puerta de salida del mismo.
En la voz de Don José, descubrimos las flechas del dios kukama, que vuelven a crear los ríos de la Amazonía y del eco de sus palabras, brotan nuestros colores para que siete meses después tome forma una animación de poco más de tres minutos de duración.
Doña María nos cuenta como un cazador y una mujer boa, entrelazan sus vidas y fruto de ello darán origen al pueblo kukama.
A través de los cabellos de una madre kukama entramos a sus sueños que nos muestran el interior del río, sus ciudades, personajes, el mundo de los karuaras.
El soplido del humo de las pipas de los bancos karuaras regresa al equilibrio el discurrir natural de las aguas del río La superficie de la rivera se ve reflejada en las aguas del río, y esta imagen se transforma en metáfora, dos mundos paralelos conviven; y de la misma manera los principales personajes de las animaciones también tienen sus reflejos arquetípicos, Mari Luz y la mujer boa representan a la madre, Don Jose y el dios kukama, representan al primer pescador. A lo largo de la película, las secuencias animadas reflejan lo que está sucediendo en el mundo de los humanos y viceversa. Cuando el mundo de los espíritus se ve amenazado por una mancha oscura que ahoga la vida bajo el agua, la aldea de Mari Luz está lidiando con el impacto devastador de los derrames de petróleo.